¡Qué buenos los donuts! ¿Y a quién no le gustan? Mi caso debe de ser clínico, porque me gustan todos: los de panaderia, los industriales, los pequeñitos, los muy grandes, los rellenos, los blancos, los de chocolate… Me daba taaaanta envidia cuando en las películas americanas salía el típico policía entrado en carnes asomado a esos mostradores interminables llenos de donuts de todas las variedades imaginables… No paraba de preguntarme, ¿y cuándo llegarán aquí?. Y al final llegaron. En mi ciudad no se instaló la franquicia hasta hace relativamente poco, así que cuando tenía que ir a Madrid a alguna cosa, siempre aprovechaba y la misma mañana que me volvía me pasaba antes por la tienda y compraba una caja de 24. Las caritas y el disfrute de mi familia compensaba con creces el tener que ir cargada con la dichosa caja durante todo el viaje. Total, que me faltaba por probar los donuts caseros, así que estuve buscando recetas y al final me convenció ésta de La Cocina de Auro, os recomiendo que visitéis su blog.

Ingredientes:

  • 300 g harina de fuerza
  • 200 g harina normal
  • 80 g azúcar
  • 5 g sal
  • 20 g leche en polvo
  • 2 sobres de levadura de panadero
  • 230 g agua templada
  • 1 huevo
  • 40 g mantequilla
  • 1 sobre azúcar avainillada
  • aceite de girasol para freírlos

No son difíciles de hacer, pero como casi toda la bollería casera, se llevan su tiempo, sobre todo por los diferentes levados. Ni que decir tiene que el resultado merece la pena.

Se mezclan los ingredientes secos, (harinas, azúcar, azúcar avainillada, sal, leche en polvo, y levadura). Añadimos el agua templada, (no muy caliente porque acabaría con la levadura) y el huevo batido. Se amasa durante unos 8 minutos. Por último se añade la mantequilla, y se sigue amasando hasta que quede una masa de aspecto liso y elástico, unos 5 minutos más. Se forma una bola y se deja cubierta en un bol para el primer levado, que será de unos 45 minutos. Para hacernos una idea debe doblar su volumen.

Después de este tiempo sacamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, la amasamos ligeramente para sacarle el gas, (desgasificar la masa), y la estiramos con un rodillo para hacer una placa de un 1 cm aproximadamente. Ahora hay que cortar los donuts. En el mercado hay cortapastas de diferentes tamaños que son muy cómodos. Como yo no tengo, utilicé un vaso de whisky con la boca bien ancha, y otro de chupito más pequeño. Se colocan en la bandeja de horno forrada con papel parafinado, los cubrimos y los dejamos reposar a ser posible en un lugar cálido y alejado de corrientes durante otros 45 minutos. No colocadlos muy cerca unos de otros porque ahora van a volver a subir. Una vez pasado el tiempo los vamos friendo en aceite de girasol a temperatura media con cuidado de que no se quemen. Tardan poquito en hacerse, así que hay que estar pendientes para darles la vuelta en su momento y que se hagan por el otro lado. Se dejan sobre papel de cocina y ahora toca echarle imaginación para terminar de decorarlos como más os gusten. Yo hice algunos con chocolate, otros con azúcar glas, otros con chocolate y almendras picadas y otros con un glaseado hecho con un poquito de agua, zumo de limón y azúcar glas. ¡Tiernos, esponjosos y deliciosos!